¿Qué son los campos magnéticos pulsantes?
Como su nombre lo indica los campos magnéticos pulsantes, son campos magnéticos intermitentes, se genera un pulso y después un vacío y así sucesivamente. Son producidos por una bobina eléctrica que recibe igualmente un pulso electrico y al recibirlo se genera un campo magnético que después desaparece para dar lugar al siguiente.
Las frecuencias en las que dichos campos magnéticos pulsantes se dan son la base de toda esta tecnología.
Existen actualmente múltiples dispositivos cuyo funcionamiento se basa en el electromagnetismo con aplicaciones muy diversas en la medicina. Su desarrollo ha sido basado en investigación científica y la comunidad de investigadores enfocados en esta área crece constantemente. Es difícil creer en algo si no se cuenta con la información que le soporte y tratándose de innovaciones en el cuidado de la salud, la información debe generarse en estricto apego a los métodos de investigación de la ciencia.
La referencia más antigua del uso del magnetismo en la medicina, data del año 800 A.C. cuando médicos de la antigua Grecia, India, Egipto y China prescribían tratamientos de terapia magnética, los cuales se mencionan en las obras de Homero, Platón y Aristóteles.
Se sabe que es el movimiento de partículas cargadas eléctricamente, lo que da origen al magnetismo, y también que resultados experimentales indican que la partícula fundamental del electromagnetismo es el fotón, sin embargo, se desconoce la razón del porqué propiedades como la masa, la carga eléctrica y la fuerza que mantienen unidas las partículas subatómicas en el núcleo de los átomos, son y se comportan de la manera como lo hacen.
En consecuencia no es posible explicar tampoco algo tan simple como porqué un imán es capaz de arrastrar un pedazo de hierro a distancia (Three Words That Could Overthrow The World: “What is Magnetism?” Discover Magazine, Abril 24, 2008).
Por lo que en realidad, la explicación científica actual, sobre el magnetismo, es para muchos, sólo un intento elocuente de encubrir un vergonzoso hueco en nuestra comprensión de la física.
Aún así, el electromagnetismo forma parte de la vida de todas las personas en el mundo. Tecnologías que van desde la televisión, la telefonía celular y hasta la levitación de trenes desplazándose a supervelocidades, se basan en esta fuerza primordial de la naturaleza.
La sabia naturaleza es un excelente modelo a imitar, aún cuando no comprendamos a fondo sus intrincados caminos. La ciencia y la tecnología se combinan actualmente para mediante el biomimetismo, imitar la forma en la que la naturaleza se comporta, para así crear soluciones a problemas tecnológicos, como el diseño de nuevos nanomateriales.
Siendo el magnetismo terrestre parte integral y fundamental de nuestra biosfera, es razonable hacer uso del magnetismo o electromagnetismo en la forma en la que la naturaleza lo hace, para así inteligentemente tratar nuestros problemas de salud, biomiméticamente.
Aplicando intensidades de flujo magnético correlacionadas de manera informada con el comportamiento natural del magnetismo terrestre, en armonía con los fenómenos biomagnéticos que se producen en el cuerpo humano.
Esto es algo muy distinto a aplicar poderosos campos magnéticos, como en el caso de tecnologías de tomografía computarizada, o incluso las radiaciones electromagnéticas generadas por los teléfonos celulares, a las cuales la evidencia ha asociado con la ocurrencia de diversas enfermedades como la demencia, parkinson y la pérdida de la memoria.
En 1963 se demostró científicamente que el corazón genera un campo magnético. En el laboratorio de ingeniería eléctrica de la Universidad de Syracuse, en Nueva York, usando un par de bobinas con dos millones de vueltas cada una, se registró un campo cuya intensidad es de un millonésimo de la del campo magnético de la tierra. Los iones de sodio, calcio, potasio y magnesio que se crean en el corazón, se acumulan hasta alcanzar una masa crítica que dispara un impulso eléctrico, el cual recorre el corazón dando origen a su contracción.
Mientras se desplazan las cargas eléctricas, generan el campo magnético del corazón, el cual lo rodea y se extiende a su alrededor hasta donde los equipos de medición no son más capaces de detectarlo, sin que eso signifique que se sabe cual es su alcance. De este modo, la sinfonía de la vida, usa instrumentos cuánticos, eléctricos, magnéticos, bioquímicos y biofísicos cuyas notas apenas comenzamos a comprender.
Ante tal clase de música, resulta obtuso creer que la vía de los fármacos es la única razonable para reestablecer el equilibrio en los procesos que nos mantienen vivos, es decir, de conocer el modelo matemático que describa correctamente el comportamiento de nuestro sistema biológico, necesariamente debería contener variables cuya naturaleza no sea exclusivamente bioquímica.
Entender los efectos del magnetismo en los sistemas biológicos es un tema al que la ciencia dedica grandes esfuerzos de investigación actualmente, basta con consultar la página de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos
El magnetismo en el Biomedici es pulsante, porque imita la forma en la que nuestro organismo se vale de ritmos o frecuencias en sus procesos biomagnéticos. Además, las señales que usa son complejas, no simples pulsos, lo que lo hace único en su género.
El Comité Olímpico Internacional, en colaboración con la Federación Internacional de Medicina Deportiva, publicó en el año 2003 su obra: “Rehabilitación de Lesiones Deportivas: Bases Científicas”, en la que incluyó el uso de la terapia de pulsos magnéticos para rehabilitar diversos tipos de lesiones que sufren los atletas de alto rendimiento, señalando las bases científicas de esta tecnología.
Evidentemente, no sólo los atletas pueden beneficiarse de estos avances científicos, bailarinas de ballet con lesiones en las rodillas, programadores de computadoras con problemas en las muñecas por la postura que se guarda ante el teclado y en general, cualquier persona que sufra de dolor, pueden beneficiarse igual que los atletas de alto rendimiento, de tecnologías como la que ofrece el equipo Biomedici, que al ser No-Invasiva, produce, por ejemplo, la desinflamación de tendones o la recuperación acelerada de fracturas óseas, sin efectos colaterales. Este dispositivo es particularmente eficiente en el tratamiento de prácticamente cualquier dolor en el sistema músculo-esquelético.
Es particularmente interesante y de actualidad, mencionar que en relación al uso en biotecnología, de fármacos para regular la expresión genética, se tienen estudios que demuestran que existen genes en el cerebro cuya expresión puede ser regulada por campos magnéticos.
Como en muchos otros países en el mundo donde el equipo Biomedici se comercializa, en México hay personas que lo han usado por más de cuatro años para el tratamiento de lesiones deportivas, con resultados que harían palidecer a los tradicionalistas de la medicina consensuada, quienes en casos complicados recurrirían al uso de esteroides para tratar la inflamación con los consiguientes e indeseables efectos colaterales.
Cotesía del Ing. Juan Carlos López Basurto.